¿Sabías que si sumamos las 500 empresas familiares más grandes del mundo, su valor conjunto equivaldría a la tercera economía más grande del planeta, después de Estados Unidos y China?
Así lo dio a conocer EY en marzo de este año. Las empresas familiares son una columna vertebral de la economía global, pero, desde mi punto de vista, no se habla lo suficiente de ellas.
En México, aún faltan políticas públicas, capacitación y apoyo en infraestructura tecnológica que las ayuden a florecer con todo su potencial.
Un recuerdo familiar que marcó mi forma de ver los negocios
Yo estudié la preparatoria en la Prepa 7 de la Universidad de Guadalajara, y durante esos años mi padre nos ayudó a mis hermanos y a mí a abrir un pequeño negocio de comida en un centro comercial.
Mi madre puso las recetas, y nosotros nos encargamos de la operación.
Aprendimos más de lo que imaginábamos: administración, servicio al cliente, compras, trabajo en equipo y, sobre todo, resiliencia. Mi hermano solía quejarse del olor a comida que se quedaba en el carro, el mismo con el que transportábamos todo. Era cansado, pero gracias a ese emprendimiento pagamos nuestra carrera y hasta nos dimos vacaciones que nunca habríamos imaginado.
Ese negocio fue nuestro rito de paso: una lección de vida que nos enseñó el valor de emprender en familia. Hoy, los tres seguimos viviendo de nuestros propios negocios familiares.
Las empresas familiares en México: el corazón económico de Jalisco y del país
En Jalisco, el peso de la empresa familiar es enorme. De acuerdo con la Radiografía de la empresa familiar en Méxicode la UDLAP, el estado destaca por su alta concentración de empresas medianas de origen familiar.
Aunque lo más común es hablar de cifras —PIB, empleo, inversión—, el verdadero valor de las empresas familiares también radica en su impacto humano y social.
Estas organizaciones representan las ideas, valores y sueños de sus fundadores, quienes buscan mejorar la calidad de vida de su familia y de su comunidad.
Las empresas familiares mexicanas no solo generan riqueza: moldean el tejido social. Son espacios donde se fortalecen (o se ponen a prueba) los lazos emocionales, se transmiten tradiciones, se preservan creencias y se viven los valores de una manera diferente a la que ocurre en las grandes corporaciones.
La empresa familiar: más que un negocio, una herencia viva
Emprender como familia impacta incluso a quienes aún no han nacido. Es un proyecto a futuro que busca continuidad, bienestar y legado.
En muchos casos, estas empresas sostienen a varias generaciones, se autogestionan y hasta cubren el retiro de los familiares mayores.
Y no es un fenómeno local. En todo el mundo, las empresas familiares son las responsables de más del 70% del empleo privado y de más del 50% del PIB global, según estudios recientes.
Su modelo de gestión cercano, emocional y resiliente ha demostrado ser tan eficiente como duradero.
La próxima vez que compres, piensa en esto
Cada vez que eliges una empresa familiar mexicana, fortaleces no solo su economía, sino también la identidad y cohesión de tu comunidad.
Son negocios con historia, con rostro humano y con visión de largo plazo.
Te invito a escuchar la entrevista con Salvador Rosales, director de Cascahuin, una tequilera familiar con más de 120 años de historia nacida en El Arenal, Jalisco.
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