Los tiempos no sólo han cambiado, sino que siguen un ritmo de cambio permanente que impacta directamente en la manera de hacer marketing en las organizaciones.

La crisis está en otros territorios. Basta con observar cuidadosamente y analizar por diferentes fuentes.

Los tiempos no sólo han cambiado, sino que siguen un ritmo de cambio permanente que impacta directamente en la manera de hacer marketing en las organizaciones. El Status Quo mediático está siendo sustituido por nuevos paradigmas de diversas naturalezas, algunas más interesantes que otras, pero todas con una fuerza especial que es necesario comprender si queremos que nuestro mensaje alcance a quienes les deseamos hablar.

Para que los  medios sean efectivos, entre otras cosas, deben abordar a las audiencias en un momento de alta receptividad y esa atención está siendo competida de una manera muy agresiva. Algunos estudios afirman que los adolescentes de hoy pasan más tiempo en YouTube que frente al televisor; que la televisión bajo demanda es parte de la cultura de las nuevas generaciones menores de 15 años de ciertos niveles socioeconómicos que ven lo que quieren a la hora en que lo  desean (sin anuncios ni interrupciones); que los líderes de opinión entre los jóvenes son más variados que lo que los jóvenes de antaño tenían; en la mayoría de los poseedores de un dispositivo móvil prefiere el contacto con éste que con los ojos de con quien se encuentra físicamente con ellos, entre otros datos.

Hoy las pantallas de todos los tamaños toman la atención de nuestras audiencias; incluso, algunos dispositivos como los Smartphones tienen un enlace íntimo y emocional con sus dueños, son quienes van al baño con ellos y quienes son consultados cuando hay aburrimiento o algún sentimiento de emoción, ya sea positivo o negativo.

La crisis está en el conocimiento. En el conocimiento profundo y permanente de los hábitos de las personas a las que les queremos hablar, muchas organizaciones pretenden comunicarse con sus mercados como lo hicieron los últimos diez años, tanto en su mezcla de medios como en los mensajes.

Las inversiones en marketing hoy requieren más que nunca de conocimiento y de planeación, ya que ambas prácticas generan un ahorro de recursos y dolores de cabeza durante la implementación de la estrategia. En el arte de hacer marketing, los paradigmas son pasajeros, está prohibido asumir.

La crisis está en la capacidad de adaptación. Cuando una organización sabe que las audiencias han modificado su forma de vivir y convivir con los productos, con los servicios y con los medios de comunicación y sigue diseñada estructuralmente para ofrecer soluciones a necesidades del pasado, acentúa como consecuencia su bajo desempeño en rentabilidad. John Roberts, autor en su libro La Empresa  Moderna advierte que un buen líder es un diseñador de organizaciones, en el que el diseño se realizará de acuerdo a las oportunidades del entorno y se modificará al ritmo de los tiempos, reflexión que no hay que dejar pasar.

Ante un entorno económico adverso como el que estamos viviendo en México en estos momentos, el nivel de conocimiento y la capacidad de adaptación en las organizaciones serán herramientas que, además de funcionar como ventaja competitiva, pueden hacer la diferencia en muchas ocasiones entre vivir y morir.

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Sergio Rodea.