La pandemia ha llegado a revolucionar todo nuestro contexto, nuestras formas y estilos de vida en diferentes esferas, tanto sociales como laborales.
En la actualidad la forma de relacionarnos es cada vez más práctica, esto gracias a la tecnología, que nos permite conocer gente incluso del otro lado del mundo.
Todo esto ha modificado el significado que se tenía de las relaciones amorosas y sus prácticas.
Esta nueva manera de relacionarnos ya existía y se reproducía antes de la pandemia, pero sin duda alguna se ha potencializado más en estas épocas, lo cual que nos lleva a una práctica diferente y nos obliga a integrarnos y adaptarnos a una sociedad que cambia con gran rapidez, por lo que se exige de nosotros una identidad flexible y versátil. Esto es a lo que el filósofo y sociólogo Zygmun Bauman denomina como “modernidad líquida”:
“Cuando la sociedad nos empuja a cambiar constantemente y a adaptarnos a contextos muy diferentes, nos impide establecer relaciones sólidas a lo largo del tiempo, relaciones en las que conectemos a través de nuestra esencia, más allá de las necesidades inmediatas”
En la actualidad las relaciones no son tan estables como las que se tenían en el pasado, tan solo hay que pensar en la época de nuestros abuelos, cuando los divorcios, o la soltería, ya teniendo una edad avanzada, eran fuertemente criticados por la sociedad.
Si bien hoy las relaciones tienden a ser un poco más inestables o simples —ya que estamos en busca de la inmediatez y nos encontramos más preocupados por cubrir nuestras necesidades—, aun vivimos con la idea romántica y soñadora de encontrar a la persona indicada.
El relacionarnos es una necesidad, el sexo también lo es y el amor, si bien no es una necesidad directa, es una emoción que afecta de manera positiva o negativa la salud física y anímica de una persona; es un sentimiento que, si no lo experimentamos en algún momento de nuestras vidas, sentimos que no estamos completos.
Por todo ello, no es una sorpresa saber que las aplicaciones de citas en internet usan algoritmos para juntar a las parejas, y justamente durante esta pandemia el uso de este tipo de aplicaciones de búsqueda de pareja ha ido en aumento, lo cual han aprovechado algunas marcas en sus discursos para atraer clientes, especialmente con los servicios prémium o de pago.
Por un lado, el distanciamiento social ha hecho que más personas busquen estas aplicaciones para hacer conexiones y encontrar a su pareja ideal en línea, sin embargo, el propósito principal era que sus usuarios pudieran transportar su relación amorosa a un espacio físico para conocerse, por lo que varias aplicaciones como Tinder han empezado a implementar medidas y experiencias virtuales, mismas que pueden ser la solución.
El CEO de Tinder, Elie Seidman, pone como ejemplo a los usuarios que tienen citas dentro del videojuego Animal Crossing, y lo está aplicando en Tinder EU con Swipe Night, una serie interactiva emitida al mismo tiempo para todos los usuarios durante unos días determinados. Los usuarios podían ir escogiendo qué querían que pasase. Sus elecciones condicionaban, además del rumbo de la historia, sus posibilidades de hacer match. Los domingos en los que los miembros participaron en Swipe Night, los matches incrementaron un 26%.
Sin embargo, a pesar de estas modernas adaptaciones y formas virtuales que buscan mejorar la experiencia del usuario, nada se compara y sustituye a la experiencia del contacto físico y el conocer a la persona que te gusta.
Es por eso que la pregunta que todos los creadores de estas aplicaciones de citas se hacen es: ¿tendrías una cita una vez que acabe el confinamiento? La revista estadounidense Slate ha lanzado esta pregunta a sus lectores. De las 6 mil personas que han contestado, solo el 29% afirma que sí tendrían una cita una vez que la cuarentena haya finalizado. El 58% dice que no. Y el resto aún está indeciso.
Si bien las aplicaciones de citas han llegado a facilitar la manera de relacionarnos y encontrar el amor rápida y virtualmente, uno de sus atractivos es que se pueden trasladar esas conversaciones virtuales a un plano físico; sin embargo, con la llegada de la pandemia y con las normas de mantener la sana distancia, los contactos físicos se tuvieron que limitar a solo lo virtual, esto ocasionó que los usuarios empezaran a utilizar las aplicaciones como un pasatiempo y no con el fin que fueron creadas.
La incertidumbre de los creadores de estas aplicaciones de citas radica en el temor que aún les pueda generar a sus usuarios el volver a la normalidad, y tener que reinventarse para que continúen siendo la opción que les facilite encontrar el amor.
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Shannon Díaz
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